Share/Bookmark
No comment yet


Nos hemos acostumbrado a tantos hechos, que aunque son abusivos o ilegales, la mayoría de los ciudadanos [consumidores]  ya los ven como algo normal. Se convierten entonces en algo permitido, poco cuestionados.

Desde hace algún tiempo me han interesado los temas de consumo, y aunque para la mayoría de gente (incluyendo políticos) resultan irrelevantes o menores,  cuando hacemos cuentas, podemos ver que el consumo individual de millones de personas en conjunto, conforma  las economías de los países. Los consumidores son parte importantísima [afirmo], para que una  empresa subsista. Sin nosotros [consumidores], ¿a quién le venderían?

Por ello, me parece inconcebible que aún así, las grandes empresas quieran aprovecharse de uno, con promociones falsas, ofertas engañosas, costos altísimos en servicios y otras cosas. Cabe destacar que en los anteriores casos, los ciudadanos [consumidores] sí se quejan, reclaman y exigen; sin embargo, ¿por qué no reclaman cuando en los supermercados y tiendas de conveniencia  no les dan su cambio completo?

La respuesta es sencilla, la lógica de un consumidor [creo] se basa en que a mayor cantidad de dinero en un abuso, la reacción es “porque me voy a dejar”; pero a menor cantidad de dinero (hablando de centavos), la respuesta es que “son 20 centavos, pa’que me alcanza”.

Y con esta lógica de pensamiento, hemos transformado un hecho que a todas luces es un abuso comercial, en un hecho permitido por la gran mayoría de los ciudadanos [consumidores].  Aunque déjenme decirles que el Banco de México, en su página de internet, en la sección de estadísticas, nos informa puntualmente cuántas monedas y de qué denominación, mes por mes, están circulando*. ¿Y qué creen? Existen millones de monedas de 5,10, 20, 50 centavos circulando actualmente.

Ahora bien, entonces ¿por qué en la tiendas de autoservicio o de conveniencia, siempre se quedan con tus 10, 20 o 30 centavos y ni siquiera te dicen nada?

La respuesta es sencilla: Nosotros [consumidores] también creemos que unos centavos no son importantes. Hemos dejado que este abuso  se vuelva parte de nuestra cotidianidad. Nadie reclama. Nadie hace olas por este hecho...bueno, habemos quienes sí exigimos  lo justo [remarco].

Imagínense los millones de centavos que las tiendas de autoservicio o de conveniencia (todas)  no regresan al día. ¡Esto sí es un robo en despoblado! Dar un número de cuánto dinero no devuelven resultaría aventurado, sin embargo, lo que sí puedo comentar es que un día yo hice cuentas del dinero que no me devolvían, y en un día, era 1 peso,  a la semana 7 pesos y al mes 28. Ahora multiplícalo por un año y por el número de personas que asisten diariamente a “comprar y  pagar” a estos lugares, y que encima, les hacen un redondeo arbitrario que ni siquiera se registra en la caja. ¡Válgame el santísimo!

Lo que yo recomiendo a mis amigos lectores [consumidores] es que exijan esos 10, 20 o 30 centavos, pues aunque la cantidad no es lo importante, el hecho es que nos acostumbramos a los abusos día con día. En mi experiencia personal, sí pido mis “tlalitos” [centavos] y siempre, siempre, me los dan. A veces hasta me dan de más porque no tiene cambio. Pero estamos en nuestro derecho.

No pedimos que nos den de más, simplemente nuestro cambio exacto. Empecemos todos  con esta acción, y verán con en un tiempo, en las cajas de todo autoservicio o tienda en Puebla, habrá centavos para darte tu cambio. ¿Por qué lo digo?, pues porque una empresa nunca quiere perder.

Por hoy me despido, y “Si consumes en un supermercado, asegúrate de sobrevivir”

Twitter: @ConsumidorPue

Publicar un comentario

HOME | ABOUT

Copyright © 2011 Borrador de la Memoria | Powered by BLOGGER | Template by 54BLOGGER